Duelos y quebrantos

Cocina de Almagro

Los que saben del placer que se esconde en un viaje son conscientes de que es necesario disfrutar cada paso con los cinco sentidos. En efecto, conocer un pueblo, una ciudad o región, no puede hacerse en plenitud si no nos acercamos a todos los aspectos que componen su tradición cultural. Obviamente, la buena mesa es uno de los fundamentales.

La gastronomía manchega, muy popular en Almagro, es rica y variada, muy ligada a las características históricas y demográficas de su pueblo. En nuestro blog vamos a ofrecerte un acercamiento a algunos de los platos más emblemáticos que la componen, para que puedas hacerte una idea de la esencia misma de nuestra tierra si algún día vienes a comer en Almagro.

Uno de los platos tradicionales mas conocidos de la cocina de Almagreña (y en Castilla la Mancha en general) y con el permiso de las berenjenas de Almagro, es el que hoy nos ocupa. Los Duelos y Quebrantos representan una comida recia, de gran aporte calórico, propia de una época pasada en la que las labores del campo justificaban una ingesta de alimentos que proporcionara las energías suficientes para desarrollar una larga jornada de trabajo.

En este sentido, detrás de su relativamente sobria y sencilla elaboración (se compone de chorizo, tocino de cerdo y huevo revuelto) está su grandeza. Es por eso que este célebre plato y tapa manchega se ha ganado un puesto de honor entre los turistas que visitan Almagro.

Normalmente servido en plato o cuenco de barro y acompañado de un buen vino, son los tres ingredientes antes mencionados los que marcan la representación más estandarizada de la receta. La cantidad para una persona serían dos huevos, un buen pedazo de chorizo y tocino entreverado o panceta de cerdo.

Popularización del plato

La popularización y entrada de esta comida dentro del particular ‘Olimpo’ de la cocina manchega se le debe al Ingenioso Hidalgo Don Quijote. En la inmortal obra de Cervantes se cita este plato como parte fundamental de la dieta de Alonso Quijano. Sin embargo, diversos autores, como Juan Goytisolo, disputan el origen de este término, relacionándolo más con el tono despectivo con el que se hacía referencia al mismo, más que a su nombre real.

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